Una estrella más del Canal de las Estrellas
Por: Rafael Hernández Estrada
La “información” de Televisa contra Proceso quedó en evidencia, lo mismo que el aparato noticioso de esa empresa, por su propia inconsistencia: en la noticia, dada como principal por el programa El Noticiero de Joaquín López Dóriga el pasado martes por la noche, se dijo que las declaraciones incriminatorias del narcotraficante Sergio Villarreal, alias El Grande, se realizaron el 4 de noviembre.
Sin embargo, en el video publicitado por el principal noticiero de Televisa, el “testigo protegido” de la PGR menciona la portada de la revista Proceso en la cual se imprimió su propia fotografía detenido, esposado, flanqueado por elementos de la Marina. Y ahí está la bochornosa inconsistencia que desviste tanto la impudicia como la impericia del montaje: tal portada corresponde al número 1777 de la revista semanal, el cual inició su circulación el 21 de noviembre, esto es, casi tres semanas después de la supuesta declaración.
Durante la misma noche, en el programa Tercer Grado, transmitido por el Canal 2 bajo la conducción de Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa, los panelistas Carlos Marín, Ciro Gómez Leyva, Denisse Maerker y el propio López Dóriga, se regodearon con la denuncia contra Proceso, denostaron a la revista, impartieron cátedra de periodismo y clases de ética, sin reparar en la falta de consistencia de la información.
La propia empresa intentó, sin éxito, enmendar el yerro al día siguiente. El miércoles por la mañana, en el noticiero Primero Noticias que se transmite por el mismo Canal 2, repitió la “nota informativa” dada a conocer y comentada con profusión la noche previa, aunque el periodista Carlos Loret de Mola dijo que “por una confusión”, se había presentado la videograbación como realizada el 4 de noviembre, cuando lo correcto era “el 24 de noviembre”. Añadiendo un perdedizo 2 a la fecha dada a conocer inicialmente, el conductor del noticiero matutino intentó devolverle credibilidad a la información.
Ante la evidente manipulación surge una interrogante: ¿quién es responsable del montaje televisivo para incriminar a Proceso y a su reportero Ricardo Ravelo? ¿Se trata de una reacción del gobierno federal relacionada con las investigaciones publicadas por esta revista para documentar diversos casos de corrupción de los gobiernos panistas? O bien ¿Fue una iniciativa de Televisa para contrarrestar la información y las opiniones que ese semanario ha difundido criticando su actuación monopólica y abusiva?
Si la responsabilidad es del gobierno federal, ello implicaría que, previo acuerdo con el delincuente acogido al programa de testigos protegidos, puso a éste frente a las cámaras para hacer imputaciones falsas contra la revista y su reportero. Luego, “filtró” las declaraciones así obtenidas a la empresa televisiva. Se trataría de una utilización indebida de la lucha contra el crimen organizado, alejada de sus fines inherentes, que son los de la procuración de la justicia y el mantenimiento del orden social, para usar los instrumentos que tiene a su disposición la fuerza pública no al combate contra el crimen, sino al combate de la crítica periodística.
Si, en cambio, la responsabilidad del montaje es de Televisa, quedaría en evidencia el poder que dicha empresa tiene sobre las autoridades encargadas de la procuración de la justicia y del combate al crimen organizado. Si este es el caso, Televisa tiene a su disposición a los presuntos delincuentes que se encuentran detenidos por la fuerza pública para que embarren, con prefabricadas declaraciones ante sus cámaras, el prestigio de quienes se oponen a sus intereses monopólicos.
Cualquiera que sea la respuesta a esta interrogante, tanto la empresa televisiva como el gobierno federal han quedado en evidencia. Mientras tanto, el narcotraficante Sergio Villarreal pasó de su condición de un estelar “testigo protegido” de la PGR, a ser una estrella más del Canal de las Estrellas.
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