jueves, 21 de marzo de 2019

Estado Laico en capilla


Antes, se decía que el reo condenado a muerte estaba “en capilla” desde que le notificaban la condena, hasta su ejecución. Tal parece la circunstancia del Estado Laico en nuestro país que, de un tiempo para acá, sufre embates constantes ya no a manos de sus malquerientes históricos (el alto clero de la iglesia católica y los ideólogos conservadores), sino a cargo de funcionarios públicos que, al jurar la Constitución mexicana, le prometieron fidelidad.
Son reiteradas las anécdotas de legisladores locales que contratan la bendición de sus oficinas ubicadas en inmuebles públicos, de presidentes municipales que toman protesta con ritos evangélicos, de alcaldes que “entregan” su ciudad a Jesucristo. El gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, homenajeó a la Virgen de Guadalupe con una misa impartida en el mismísimo Palacio de Gobierno. Desplantes similares, con múltiples referencias bíblicas y al catecismo, son protagonizados en forma cotidiana por diputados federales, mayormente del partido Morena y de las organizaciones que conforman su coalición.
Insistente en conductas de ésta índole, el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador habla de pecados, de asistencia a misa, identifica los valores de la sociedad con los de la cristiandad y anuncia que los plasmará en una “constitución moral”. Mientras portaba la Banda Presidencial, recibió en sus manos la cruz católica y, recientemente, anunció que está estudiando el otorgamiento de concesiones de radio y televisión a las iglesias, “para que difundan sus valores”.
Todo esto es contrario a lo dispuesto por el artículo 40 de la Constitución, que dice que la República es representativa, democrática, laica y federal, además de que viola los artículos 24 y 130 de la misma Carta Magna, que disponen la libertad de creencias y la separación entre la iglesia y el Estado.
La ley de la materia, que es la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público,  contiene el proceso sancionador de las infracciones en que incurran las asociaciones religiosas y los ministros de culto, pero es omisa en cuanto a las infracciones que en esta materia cometan los servidores públicos. Esta es una laguna legal que es urgente que se remedie, de modo que se consolide y fortalezca la laicidad como sustancia del quehacer estatal.
Sería bueno que el Poder Legislativo alzara la bandera del Estado Laico y lo salvaguardara de tantos ataques. Para ello, debería reformar la Ley para regular las infracciones que, en esta materia, cometan los servidores públicos y las sanciones a que se hagan acreedores.
¿Qué infracciones de los servidores públicos deben ser tipificadas? Entre otras, el convertir un acto religioso en reunión de carácter político u oficial; el concurrir con carácter oficial a eventos públicos de culto religioso; el convocar, organizar o participar en eventos de culto religioso en inmuebles destinados al servicio público; el fundamentar o motivar decisiones, acuerdos, oficios o resoluciones que emita, en su carácter de servidor público, en conceptos o referencias de tipo religioso o alusiones a la divinidad; el condicionar la prestación de servicios públicos a la pertenencia de los usuarios a algún credo religioso y el promover alguna o algunas creencias religiosas como religión o moral oficial del Estado o de alguna demarcación territorial.
También se debiera establecer en la Ley el procedimiento sancionador a servidores públicos por tales infracciones, iniciando con una queja que pueda ser interpuesta por cualquier ciudadano. La autoridad administrativa sería la encargada de resolverla e imponer, si fuera el caso, sanciones que irían desde la amonestación hasta las multas y la destitución, según la gravedad de la infracción. Tal resolución administrativa podría ser apelada para la revisión de su legalidad y constitucionalidad por un Tribunal, el que dictaría la última palabra.
El Estado Laico es la garantía de la libertad de conciencia y de la libertad de creencias, que son la base de la democracia. Su vigencia cabal amerita una esforzada defensa por parte de todos los que aspiran a un país en paz y que reconocen a la pluralidad y a la tolerancia como los valores esenciales de la convivencia social.
Twitter: @rafaelhdeze

1 comentario:

  1. Así es tristemente , pero efectivamente ahora muchos políticos toman lo que les conviene de las religiones para lograr sus ambicios intereses personales intereses.

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