Se publican temas sobre literatura y sobre la política y los políticos, desde una perspectiva de izquierda.
jueves, 30 de abril de 2020
miércoles, 29 de abril de 2020
Pepenando dineros (Fondo Metropolitano)
El Cincel
Cual gambusino, que con la criba busca una
pepita de oro en los arroyos y lechos de los ríos, así el Presidente López
Obrador escudriña el aparato de gobierno en busca de cualquier recurso para
pepenarlo y disponer del mismo con objeto de tapar hoyos en los ingresos
del Estado. En estos días tocó el turno al Fondo Metropolitano, a los gastos operativos
de las dependencias y al sueldo de los empleados públicos, como semanas atrás
fue el de los fideicomisos gubernamentales.
El 2 de abril, el Presidente decretó la
extinción de los fideicomisos públicos sin estructura orgánica, pero no publicó
la lista de los que desaparecerían. Hasta esta fecha no se ha publicado la
relación de los mismos, aunque a cuentagotas se sabe que el Decreto se llevó
entre las patas al FONCA y al FIPROCINE (fideicomiso de apoyo
a las producciones cinematográficas).
Pese a la opacidad característica de la 4T, se
sabe que resultó un fiasco el cálculo inicial según el cual el gobierno
obtendría 740 mil millones de pesos con esta medida, pues apenas podrá disponer
de 199 mil millones pesos en el escenario más optimista, que podrían reducirse
a solo 47 mil millones, pues el Presidente no puede extinguir unilateralmente los
fideicomisos públicos cuya existencia disponen las leyes ni los que garanticen
pensiones, prestaciones laborales o el pago de deudas del gobierno.
Como lo afirmé en un artículo publicado en el
portal de Proceso, al contrario de la falsa relevancia que pretendió
darle la Secretaría de la Función Pública, la extinción de los fideicomisos arrojará
un resultado pírrico.
En otro Decreto, que se publicó el 23 de abril,
el Presidente dispuso el recorte de los gastos de operación y de los pagos a
los empleados de estructura del gobierno federal. El abatimiento del 75% de
los gastos por servicios generales, maeriales y suministros dejará en la inoperancia a las dependencias del gobierno, que se quedarán sin papel ni consumibles para impresoras, sin poder contratar estudios especializados o peritajes, además de que no dispondrán de gasolina ni de recursos para reparar los automotores. Especialistas en la materia como Mario Di Constanzo, calculan que con este recorte se captarán unos 40 mil millones de pesos, con el alto costo de paralizar gran parte de los servicios.
Pese a la violación flagrante de los derechos
laborales, la donación “voluntaria” con cargo un 25% de los salarios y de los
aguinaldos completos del personal de estructura del gobierno tampoco será muy
redituable, pues se estima que podrá captar 10 mil millones de pesos, cuando
mucho.
La Iniciativa para reformar la Ley Federal de Presupuesto, tiene
el objetivo central de excluir a la Cámara de Diputados de la reconducción
presupuestal cuando haya situaciones de emergencia económica. Pero el
Presidente aprovechó para echar mano de los dineros del Fondo Metropolitano,
que tiene 3 mil millones de pesos en este año, más otro tanto de remanentes
anteriores. En un artículo transitorio, se propone que estos recursos se “deberán
reorientar para destinarse a programas para el otorgamiento de créditos y
apoyos a la sociedad”. No repara este proyecto en que los fines del Fondo
Metropolitano se encuentran establecidos en diversas leyes vigentes, por lo que
es improcedente que se modifiquen con una disposición transitoria en la Ley de
presupuesto. Tampoco entiende que son las decenas de millones de personas que
habitan las zonas metropolitanas del país las más afectadas por la pandemia de
Covid-19.
De acuerdo con este recuento, el Presidente sumará
a lo mucho 250 mil millones, equivalentes al 0.8 por ciento del PIB, monto
insuficiente si se pretendiera un verdadero programa económico de emergencia. Pero
está visto que lo que le interesa es juntar pepitas para sus programas
clientelares y megaproyectos ecocidas.
Cincelada: Con el manejo de un millón de créditos destinados al
sector informal de la economía, los Servidores de la Nación pronto serán los
Aboneros de la Nación
martes, 14 de abril de 2020
La asamblea de Futuro 21 (I)
El Cincel
La asamblea virtual que Futuro 21 ha convocado
para el 23 de abril es una buena oportunidad para la reflexión sobre lo
necesario que es para México una oposición de izquierda moderna, global,
justiciera y liberal a la vez, encabezada por nuevos liderazgos, principalmente
de jóvenes, mujeres y trabajadores del campo y la ciudad, que despliegue acciones
en torno a un programa bien definido y cuente con fuertes vínculos en el campo
ciudadano.
La oposición en general, particularmente la
partidista, quedó paralizada por lo que llamó el tsunami electoral que
dio el triunfo a López Obrador en 2018. Este pasmo permitió al nuevo presidente
desplegar su iniciativa sin resistencia alguna. Pero desde hace unos meses, el desgaste
del propio gobierno federal en los rubros de seguridad pública, política social,
salud, así como el incumplimiento de sus compromisos de campaña, erosionó su
fama pública y ha ido limitando su accionar.
Simultáneamente, se ha ido fortaleciendo un
amplio abanico opositor, el cual no es una sola oposición, sino múltiples
oposiciones. Las expresiones opositoras a la 4T van desde las comunidades indígenas
que se oponen a los megaproyectos del gobierno y los colectivos anarquistas en la
extrema izquierda, hasta quienes profesan una ideología de derecha y/o un
declarado anticomunismo, pasando por votantes desilusionados, la
intelectualidad progresista y militantes de partidos de izquierda, centro y
derecha.
Si desde el punto de vista de las izquierdas se
denuncia el lenguaje demagógico de la 4T y el que, lejos de que sea verdad aquello
de la “abolición”, su proyecto consista en un neoliberalismo populista con
capitalismo de cuates, otros opositores consideran que el proyecto de la 4T
es comunista o socialista y condenan sus vínculos con el Foro de Sao Paulo, con
una fraseología que recuerda a la de la “conjura comunista” de los tiempos del
diazordacismo. Como se ve, ambas son posturas de oposición, pero su punto de
partida es sustancialmente distinto.
Reconocer tal diversidad es preciso si se
quieren identificar los puntos que permitan canalizar el descontento popular. Futuro
21 podría responder a ello si se plantea la demanda y el contenido de un Plan
de Emergencia que atienda la crisis del sector salud y postule medidas de
mitigación para proteger el empleo, los derechos de los trabajadores y la
viabilidad de las micro, pequeñas y medianas empresas.
Al mismo tiempo, Futuro 21 debiera esforzarse
por conformar la expresión ciudadana de una izquierda decididamente
opositora a la 4T, nítidamente propositiva, global y moderna. Su
posicionamiento debiera reivindicar al Estado de Bienestar en el maremágnum de
la epidemia y la crisis económica, defender la libertad de pensamiento y al
Estado laico, los avances democráticos, los derechos de las mujeres, de los
jóvenes, de la diversidad sexual y de los sectores más desprotegidos de la
sociedad, así como combatir la corrupción, el compadrazgo y el influyentismo
que agobian a la sociedad.
Ignoro cómo se ha planeado la asamblea virtual
de Futuro 21, denominada por los convocantes Diálogo por la Reconstrucción
Nacional, pero es deseable que la plataforma o aplicación cibernética que la
albergará tenga capacidad suficiente para la deliberación de miles de personas,
que se escuche su voz, se recojan sus ideas y se procesen para conformar las
conclusiones.
En una segunda entrega opinaré acerca de la
tarea de arrebatar a Morena la mayoría parlamentaria. Deseo el mayor de los
éxitos a la asamblea virtual de Futuro 21 a la que, por cierto, ya me inscribí.
Cincelada: López Obrador quiere
victimizarse y apoyar a los candidatos de Morena, por eso insiste en que haya
revocación de mandato en las elecciones de 2021.
lunes, 6 de abril de 2020
El presidente en su soliloquio
El Cincel
Días atrás, Leo Zuckerman sustuvo en un artículo que la gira presidencial por Baja California y Sinaloa del fin de semana anterior fue un “exitazo” para López Obrador, pues impuso su agenda del debate público por encima de la epidemia de Covid-19. Dijo que nadie monta espectáculos como él y que mantiene entretenida a la gente en estos tiempos de crisis sanitaria y económica.
El espectáculo de giras presidenciales, mañaneras y hasta "informes al pueblo" en plena emergencia sanitaria no se detiene. Enmedio de una recesión que se convierte rapidamente en crisis (depresión económica, le dicen los economistas), la inseguridad en permanente ascenso y la imparable violencia de género, el Presidente ha mostrado poca
capacidad y disposición para reinventar su liderazgo y adecuarlo a los enormes retos del México que le tocó gobernar.
Días atrás, Leo Zuckerman sustuvo en un artículo que la gira presidencial por Baja California y Sinaloa del fin de semana anterior fue un “exitazo” para López Obrador, pues impuso su agenda del debate público por encima de la epidemia de Covid-19. Dijo que nadie monta espectáculos como él y que mantiene entretenida a la gente en estos tiempos de crisis sanitaria y económica.
El
analista sostiene que el titular del Ejecutivo conserva la genialidad
comunicacional que lo sacó a flote de situaciones adversas hasta encumbrarlo
con el triunfo que lo llevó a la Presidencia. Tal es la valoración de no pocos
intelectuales y comentaristas y esa es la que priva en el círculo íntimo del
gobierno y en la cúpula de Morena.
Sin
embargo, un balance más equilibrado muestra error tras error, sobre todo
en la última semana. La gira por el noreste la hizo en abierto desacato de los
Acuerdos que el Consejo de Salubridad General y la Secretaría de Salud
emitieron declarando la emergencia; la entrega de obras minúsculas, propias de
un gobierno municipal, presentándolas como si se tratara de grandes obras de
infraestructura; el pronunciamiento contra las energías renovables (llamó
despectivamente ventiladores a los campos eólicos); el trato deferente a la
madre del Chapo Guzmán, presentando una acción fríamente calculada como si se
hubiera tratado de una cortesía casual. A ello le siguieron su frase de que la
pandemia y la crisis económica le vinieron “como anillo al dedo”, la extinción
de decenas de fideicomisos, la “devolución” de los tiempos oficiales a las
concesionarias de radio y televisión y, para rematar, el “informe al pueblo” en
un patio desolado.
Tales
lances evidencian que en López Obrador late una desesperación por el
descenso de su popularidad en las encuestas de opinión. Acostumbrado a dominar la discusión pública, se muestra iracundo e impaciente porque en las semanas y meses recientes se han impuesto asuntos que escapan a su control. Los primero atisbos de lo anterior fueron sus reacciones ante la denuncia del caso Servidores de la Nación y el emplazamiento que el INE le dirigió. Luego el "culiacanazo", por cuyas críticas trastabilló, seguido del desabasto de medicamentos. A principios del año que corre, los saldos de la recesión económica y los de la violencia incontenible no encontraron de su equipo más que un tímido control de daños, después fue rebasado por las protestas feministas y luego por la pandemia.
A la luz de promesas incumplidas, develadas su falta de plan de gobierno, la improvisación y la ineptitud de su gabinete, igual que la de buena parte de los gobernantes emanados de su partido, el presidente enfrenta la que será una de las peores crisis de la historia nacional.
¿Será capaz López Obrador de reinventar su liderazgo frante a la crisis mútiple que se cierne sobre México? ¿O seguirá en su ininterrumpida campaña electoral?
Cincelada: dijo en su informe que "son tiempos de entereza", pero la única que se vio fue la del cadete a su lado, quien soportó a pie firme el vendaval de lugares comunes.
Con el paso del tiempo, los recurrentes chistoretes y las frases hechas, repetidas hasta el cansancio, se han desgastado y resultan cada vez más anticlimáticas. Lo que antes presumía como "diálogo circular" se trasmutó en un monólogo en el que el personaje reflexiona en voz alta y a solas, a manera de diálogo consigo mismo. Un soliloquio, pues.
A la luz de promesas incumplidas, develadas su falta de plan de gobierno, la improvisación y la ineptitud de su gabinete, igual que la de buena parte de los gobernantes emanados de su partido, el presidente enfrenta la que será una de las peores crisis de la historia nacional.
¿Será capaz López Obrador de reinventar su liderazgo frante a la crisis mútiple que se cierne sobre México? ¿O seguirá en su ininterrumpida campaña electoral?
Cincelada: dijo en su informe que "son tiempos de entereza", pero la única que se vio fue la del cadete a su lado, quien soportó a pie firme el vendaval de lugares comunes.
domingo, 5 de abril de 2020
¿La casa o Cien años de soledad?
La semana anterior publiqué en mi página de Facebook un relato anecdótico acerca de la novela de Juan Rulfo, que muestra la genialidad del autor. La reproduje en este blog con la entrada ¿Cómo se llamaba Pedro Paramo?
Ahora un par de datos curiosos de Cien años de soledad, del Premio Nobel Gabriel García Márquez.
El escritor contó que, viajando por carretera de México a Acapulco en su automóvil Opel, que él mismo conducía, de pronto le vino a la mente la famosa frase "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento..." con la que inicia la novela y tras esa oración, toda la trama de la obra. Así que suspendió las vacaciones familiares y dio vuelta en U para regresar a la capital mexicana.
A partir de ahí, renunció al trabajo que tenía en una agencia de publicidad y a los contratos ocasionales que obtenía como guionista de cine, para encerrarse durante diez y ocho meses en un pequeño estudio que tenía en la casa que habitaba con su familia. Ahí redactó, revisó y corrigió el manuscrito de la que sería una de las mejores obras de la literatura universal. Inicialmente, ésta ostentó el título de La casa y, en la búsqueda del título definitivo, el colombiano hizo un lista de hasta ochenta opciones, antes de elegir Cien años de soledad.
Cuando terminó la novela, agotados sus ahorros y multiplicadas las deudas con el casero, la tienda de abarrotes y el carnicero, García Márquez fue con sus esposa Mercedes al Palacio de Correos para hacer el envío postal del manuscrito de 400 páginas, con destino a Buenos Aires, Argentina, donde se encontraba la sede de la Editorial Sudamericana, con la esperanza de que a la vuelta del mismo, recibiera el anuncio de su publicación y el correspondiente cheque de pago.
Puesta en la pesa la pila de hojas, el empleado postal les informó que el costo de los timbres era de 82 pesos. Puesto que Mercedes solo encontró en su monedero la mitad de esa cantidad, pidieron al trabajador que fuera retirando hojas hasta que el peso del envío pudiera ser cubierto el dinero de que disponían. Cuando regresaron a su casa con el resto de las hojas, el escritor y sus esposa se percataron de que habían enviado no la primera parte de la novela, sino la última, por lo que empeñaron la estufa, el secador y licuadora para enviar el resto.
Ahora un par de datos curiosos de Cien años de soledad, del Premio Nobel Gabriel García Márquez.
El escritor contó que, viajando por carretera de México a Acapulco en su automóvil Opel, que él mismo conducía, de pronto le vino a la mente la famosa frase "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento..." con la que inicia la novela y tras esa oración, toda la trama de la obra. Así que suspendió las vacaciones familiares y dio vuelta en U para regresar a la capital mexicana.
A partir de ahí, renunció al trabajo que tenía en una agencia de publicidad y a los contratos ocasionales que obtenía como guionista de cine, para encerrarse durante diez y ocho meses en un pequeño estudio que tenía en la casa que habitaba con su familia. Ahí redactó, revisó y corrigió el manuscrito de la que sería una de las mejores obras de la literatura universal. Inicialmente, ésta ostentó el título de La casa y, en la búsqueda del título definitivo, el colombiano hizo un lista de hasta ochenta opciones, antes de elegir Cien años de soledad.
Cuando terminó la novela, agotados sus ahorros y multiplicadas las deudas con el casero, la tienda de abarrotes y el carnicero, García Márquez fue con sus esposa Mercedes al Palacio de Correos para hacer el envío postal del manuscrito de 400 páginas, con destino a Buenos Aires, Argentina, donde se encontraba la sede de la Editorial Sudamericana, con la esperanza de que a la vuelta del mismo, recibiera el anuncio de su publicación y el correspondiente cheque de pago.
Puesta en la pesa la pila de hojas, el empleado postal les informó que el costo de los timbres era de 82 pesos. Puesto que Mercedes solo encontró en su monedero la mitad de esa cantidad, pidieron al trabajador que fuera retirando hojas hasta que el peso del envío pudiera ser cubierto el dinero de que disponían. Cuando regresaron a su casa con el resto de las hojas, el escritor y sus esposa se percataron de que habían enviado no la primera parte de la novela, sino la última, por lo que empeñaron la estufa, el secador y licuadora para enviar el resto.
¿Cómo se llamaba Pedro Páramo?
"Fui a Tuxcacuexco porque me dijeron que ahí vivía mi padre, un tal Pedro Páramo".
Así empezaba la novela de Juan Rulfo en una versión previa a la definitiva, cuyo fragmento fue publicado en el númeo 1 de la revista Letras patrias de enero-marzo de 1954. El título provisional era "Una Estrella junto a la luna".
La versión final fue publicada en 1955 por el #FCE. Además de que se tituló Pedro Páramo, como serían mundialmente conocida, incluyí sutiles modificaciones en su primera oración, las cuales inciden en toda la novela y muestran la genialidad del escritor.
"Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo".
Para los especialistas, la sustitución de Tuxcacuexco por Comala, que son poblaciones cercanas a San Gabriel, Jalisco, en las colindancias de esta entidad con Colima, expresan la creación de un lenguaje propio de Rulfo y refieren un desplazamiento que pareciera geográfico, pero que en realidad va desde una escritura realista y local a una literatura imaginaria y universal, precursora de lo que después se desarrollaría como "realismo mágico".
Además, la modificación del "Fui a Tuxcacuexco" al "Vine a Comala" implicó un cambio del tiempo verbal del pasado al presente y de la ubicación del relato, transformación que desde la primera frase transporta al rpotgonista, y con él al lector, al interior de ese mágico pueblo habitado por los muertos y sus recuerdos.
La relectura de Pedro Páramo es siempre recomendable y puede ser más provechosa si se acompaña de Pedro Páramo en 1954, editado por le #UNAM en 2014, que contiene los facsímiles del manuscrito y de las publicaciones de los avances de la obra, además de los ensayos de Jorge Zepeda, Alberto Vital y Víctor Jiménez quienes, entre otras cosas, dan cuenta del simbolismo literario de la novela, que se remonta a la cosmogonia de los antiguos mexicanos.
Así empezaba la novela de Juan Rulfo en una versión previa a la definitiva, cuyo fragmento fue publicado en el númeo 1 de la revista Letras patrias de enero-marzo de 1954. El título provisional era "Una Estrella junto a la luna".
La versión final fue publicada en 1955 por el #FCE. Además de que se tituló Pedro Páramo, como serían mundialmente conocida, incluyí sutiles modificaciones en su primera oración, las cuales inciden en toda la novela y muestran la genialidad del escritor.
"Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo".
Para los especialistas, la sustitución de Tuxcacuexco por Comala, que son poblaciones cercanas a San Gabriel, Jalisco, en las colindancias de esta entidad con Colima, expresan la creación de un lenguaje propio de Rulfo y refieren un desplazamiento que pareciera geográfico, pero que en realidad va desde una escritura realista y local a una literatura imaginaria y universal, precursora de lo que después se desarrollaría como "realismo mágico".
Además, la modificación del "Fui a Tuxcacuexco" al "Vine a Comala" implicó un cambio del tiempo verbal del pasado al presente y de la ubicación del relato, transformación que desde la primera frase transporta al rpotgonista, y con él al lector, al interior de ese mágico pueblo habitado por los muertos y sus recuerdos.
La relectura de Pedro Páramo es siempre recomendable y puede ser más provechosa si se acompaña de Pedro Páramo en 1954, editado por le #UNAM en 2014, que contiene los facsímiles del manuscrito y de las publicaciones de los avances de la obra, además de los ensayos de Jorge Zepeda, Alberto Vital y Víctor Jiménez quienes, entre otras cosas, dan cuenta del simbolismo literario de la novela, que se remonta a la cosmogonia de los antiguos mexicanos.
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